miércoles, 15 de mayo de 2013


Mi bisabuela dijo una vez,  hace tela de años: “El agua hace mas falta que la vergüenza”. Frase lapidaria donde las haya. Y a pesar del tiempo transcurrido de total vigencia.  Vergüenza nos sobra, (¿cuántos años llevaremos a la cola del agua?), tanta vergüenza como la que les falta a otros, ya saben lo mal repartido que está el mundo y sus cosas. Pues a eso os animo, a todos los que tenéis vergüenza,  me consta que la inmensa mayoría, a que sigáis demostrando que os sobra vergüenza y nos quitan  agua. A todos los que vais a los caños  que no os falte vergüenza en pedir lo que es de todos, EL AGUA PARA TODOS,  de nativos y foráneos (que vienen a por agua a nuestras fuentes), incluso de los que jamás se movilizan,  de los que no  reclaman su derecho  y aún así disfrutan de  él. De lo que se consiga, gozaremos todos, los que han luchado por ello y los que se quedan en sus casas, pero así está hecha la historia de la humanidad. Y si alguien piensa que esto es política, es que hace mucho que perdió la capacidad de pensar y de recordar, y es digno de compasión.

Como ya sabéis todos, cada día, se presenta en la localidad una señora que se dedica a analizar el agua, que tras la avería, tremenda avería que va para largo, tenemos en nuestras casas. Parece ser que es una infracción contra la salud pública, por ello nos abren expedientes y quieren sancionarnos. Y digo yo: ¿será más saludable  hacer nuestras necesidades  y no tirar de la cisterna y lavarnos en el rio? Parece ser que un vecino de nuestro pueblo, muy interesado en que no falte la salud en nuestro pueblo, llamó un domingo por la noche al teléfono particular de la señora inspectora, diciendo que el agua de los grifos salía “como el chocolate”…. (menuda obsesión con el chocolate) ¿Dónde estaría ese ínclito vecino hace unos años cuando nos llegaba el agua, sobretodo en el verano, que hasta olía, dónde estaba por entonces la señora inspectora veladora de salud pública? ¿Dónde irá el vecino a hacer sus necesidades, ya que imagino que no abrirá un grifo de su casa y aún menos irá al caño a llenar un cubo, ya que le sobrará consciencia para saber que el agua no es potable ni para la cisterna del retrete  y conciencia para saber que el agua  del manantial es  privada y no puede cometer hurto?  Y si les cuento lo que marca la ley, se me desternillan de risa, parece ser que con dos litros de agua potable por persona y día ya vamos “apañaos”, que me cuenten cómo.
Y para más inri ahora nos quieren cortar el agua de los caños, dicen que obedeciendo a la concesión que tienen los vecinos de “allá-arriba” sobre el agua del manantial. La Confederación  Hidrográfica del Guadalquivir va a hacer efectiva esa concesión. Concesión que pidieron los vecinos del cortijo ocultando  en su petición el derecho que el pueblo tenía desde siempre sobre el agua, derecho que creo que no se saltó  la Confederación, ya que debían tener perfecto conocimiento del mismo, imagino que antes de concederles el agua harían algunos requerimientos al ayuntamiento para que presentara alegaciones y pidiese su concesión. Así que en este caso han mentido u ocultado realidades y documentos unos cuantos. También se inició por el señor Manuel Ruiz Guzmán solicitud de concesión de aguas para el municipio, así que en Confederación tenían pleno conocimiento de la intención del pueblo en pedir la concesión del manantial.   Habrá que investigar qué pasó  para que se saltaran la solicitud del pueblo y dieran el visto bueno a la solicitud de los señoricos, por cierto, plagada de inexactitudes. De cualquier forma es hora  de ir  pidiendo la concesión del agua para el pueblo,  y de paso depurando responsabilidades. Estamos en el siglo XXI,   estamos en un país, en el que hace años, el ministro Borrell socialista de pro, sacó una ley de aguas de lo mejorcito que se hizo en la época socialista. Pues ya ven los vecinos de la actual agrupación  local del PSOE lo que opinan de esto, evidente, ellos tienen en común con el socialismo lo mismo que yo con el alpinismo, mucho menos, muchísimo menos.
¿Se imaginan ustedes el panorama sin agua en los grifos de las casas, aunque sea del canal, y sin agua en los caños? Ya ven, un panorama de salud pública como para exportarlo.
¿Y sabían ustedes que teníamos un plan de emergencia  para casos como éstos de sequía absoluta por avería? Si, si, lo hizo la anterior corporación socialista. Les cuento, dicho plan consiste en abastecer a la población con camiones cisterna. Muchas cisternas, ¿no? Ya llevamos 15 días sin agua, hubiésemos necesitado una cisterna en la puerta de cada domicilio. Porque si hubiesen sido dos días de corte hidráulico… se pueden comer bocatas, se puede aguantar sin ducharse, puede que resistan las macetas sin regarse, tenemos ropa limpia en el armario  (ya que lavarnos no, podemos al menos vestirnos de limpio), incluso si me apuran, aguantar al máximo la necesidad de ir al excusado.  Pero 15 días, y lo que queda, no hay quien aguante a no ser, como les digo, que cada vivienda tuviese una cuba de agua y grande a la puerta, de cada casa, al menos de las personas mayores, que son mayoría; en fin, ver para creer. Y eso que les cuento de las incomodidades sin sumar el coste que supondría para nuestro endeudado ayuntamiento el abastecimiento con camiones cisternas. Menudos genios haciendo planes de emergencia. Con un manantial como el que tenemos y hablar de cisternas,  consumiendo, los que quieran, agua para beber y cocinar del manantial y los que no, disponiendo de agua embotellada, a disposición de los vecinos,  en el salón del pueblo y.… camiones cisterna, con un canal como el que tenemos y del que tanto tiempo hemos tenido agua en las casas  y….  camiones  cisterna.
Pero  claro ya sabemos lo que los vecinos de la agrupación local  del PSOE piensan del manantial.  En nuestro pueblo no hay agrupación socialista, es agrupación de socios-listos.  Otra, por si nos faltaban razones.
La gente de mi pueblo tiene dignidad para regalar, pero de tonta  y de desmemoriada ni un pelo, poco informada, poco ayudada, pero aún así dispuesta a ni un atropello más. La avaricia   de los herederos de los “señoricos” no va a conseguir dejarnos sin agua, su avaricia y la connivencia de un gobierno municipal socialista que regalaba prebendas a sus familiares. Por eso les hablaba el otro día de secta, el interés de uno es el interés de la secta, por encima del interés de los vecinos, esa secta nos ha gobernado mucho tiempo, así nos ha ido. Con una poquita de agua  del manantial hubiésemos tenido suficiente, ya que el cortijo de “allá-arriba” también dispone de abastecimiento de agua municipal, cosa que no dicen en la solicitud de concesión (necesitan toda la que es gratis, aunque les sobre), obras de abastecimiento al cortijo que sufragamos todos y cada uno de nosotros con nuestros impuestos y con las aportaciones que nos dan otras entidades públicas. Avaricia, Pecado Capital donde los haya, muchos golpes de pecho va a costar eso. Claro, los pobres, los del pueblo, los de abajo podemos pagar el recibo del agua y cargar a lomos el agua que utilizamos para beber y guisar; los ricos, los del cortijo, los  nietos y bisnietos del amo, que para algo aún quedan clases, se ve que la necesitan gratis, sin pagar y sin cargarla. Además para ellos es buenísima, para nosotros,  según las eminencias de los socios-listos es mala.
Los que ya tenemos unos añicos  recordamos el estanque que  había al lado del nacimiento, sin cercar, de ahí  le quedó el nombre cuando ya solo quedaba un caño de agua y no se veía estanque por ningún lado; El Estanque, esto fue lo primero, cercar el estanque. ¿Recuerdan ustedes niños bañándose y cogiendo higos de la higuera? Los más viejos nos cuentan que  el antiguo dueño vendió a Juan Creus la hacienda, pero que no le vendió el agua, dejó el agua al pueblo,  no sabemos si así lo dispuso en la escritura de venta o solo fue de palabra, no estaría de más comprobarlo, ¿será posible? Yo lo creo, y para ello me baso en tiempos antiguos y corroborado por la gente mayor del pueblo: en épocas de sequía estival, cuando escaseaba el agua, el cortijo se quedaba sin ninguna y sin embargo en el pueblo había agua, aunque fuese poca. De ser los dueños del agua los señoricos, ¿cómo permitían esto? Tiempo después, según cuentan los más mayores del pueblo, un alcalde, vecino de Cacín y molinero, tuvo a  bien quedarse con las piedras de molino, propiedad de los herederos de Creus, y algunos cachivaches más que había  en El  Molinillo  a cambio de “legalizar” una partición de agua. (Normal, no era turreño, la misma historia de siempre). Dicha partición consistía en dividir el caudal del manantial en cuatro partes, una para cada casa del cortijo, que a ellos no les faltase, casas que usaban en vacaciones de verano,  y otra para todos los vecinos de El Turro, y por aquellos tiempos no éramos los cuatro gatos que somos ahora, y no teníamos agua en las viviendas, no existía ni acometida de aguas ni saneamiento. Esto fue lo segundo. Pero a ver quién era el guapo que le enmendaba la plana a los señoricos, dependiendo muchos de sus jornales para sobrevivir y asustados y sometidos por la dictadura que padecíamos. Filas interminables de cántaros, botijos, pipos, cacharros de plástico de todas formas y colores aguardando que les llegara el turno para poder llenarse. Caía un hilo de agua para todos los vecinos y en el cortijo de los señoricos se regaban jardines y se llenaban piscinas. Nosotros cargábamos nuestra eximia agua como los bueyes uncidos al yugo, el yugo de la injusticia, del abandono de los poderes públicos, el yugo de nuestro propio miedo, el de nuestra ignorancia, el de nuestra impotencia. Sabedores, los privilegiados, de que cometían, cuando no una ilegalidad, una injusticia como un templo tuvieron a bien construir un depósito para almacenar la pequeña porción de agua que nos dejaron para muchos, con “la bondad” que les caracterizaba ¿No es lógico pensar que a sabiendas de la ilegalidad que cometían con tal partición quisieron de alguna manera, manera muy particular, de callarnos con la construcción de dicho depósito? ¿Si el agua, en aquellos tiempos aún no ejercía Borrell, hubiese sido suya hubiesen  sufragado la construcción de tal depósito? Por supuesto que no, fue para curarse en salud por si acaso. Ésta es la tercera. Y la cuarta ya es la total, la fulminante: pedir la concesión del agua de dicho manantial, y dejando las fuentes del pueblo, dos, secas (con la connivencia del grupo socialista que gobernaba por entonces) saltándose el derecho que al agua del mismo teníamos los demás vecinos del pueblo. Y claro, la Confederación Hidrográfica lo tuvo a bien, ¿desconocían tal derecho? No lo  sé, pero no lo creo. Presumo los cauces más truculentos para acceder a dicha concesión, suprimir el derecho de El Turro al manantial, ignorar que las tres casas para las que se pide la concesión ya tienen abastecimiento municipal y otros muchos que por recomendación voy a callarme.
Parece todo esto un cuento antiguo, un tiempo de abusos. Ahora no estamos sometidos a un jornal del amo,  ya no nos quitamos la boina para saludarlo, ahora no vamos a callarnos, por eso vamos a luchar, queremos el agua del manantial para  seguir yendo a la fuente con nuestros botijos  y darnos así un paseíto (es nuestra costumbre, hemos bebido de esas fuentes siempre, queremos seguir haciéndolo). Queremos que el resto del agua que no se consume a fuerza de botijazos vaya al caudal del agua potable del pueblo, ya que ésta no necesitaría de motores que la bombearan hasta los depósitos de la misma, con el consiguiente ahorro de electricidad, muy necesario para las arcas de la ELA. Así queremos, el AGUA PARA TODOS, para los de arriba y para los de abajo, para los herederos de la miseria y para los herederos del amo, a botijazos todos que ya va siendo hora.
 Esto es lo que yo sé por oídas (de los más viejos) o por vividas (que ya tengo unos años) sobre el agua del manantial. Seguro que ustedes saben algo más o incluso cosas en las que yo he errado tienen más certeza. ¿No les parece que ya pasó la era de los privilegios? Prácticamente los herederos han vendido todas las tierras del amo, ya nadie depende económicamente de ellos, hace mucho que se nos pasó el miedo. ¿Qué quieren  agua de manantial? Pues a la fuente, como hacemos todos. ¿Es o no de justicia?

Alquimista Impaciente